- Nombre científico: Puma concolor
- Estado de conservación en Argentina: Preocupación menor
- Estado de conservación internacional (IUCN): Preocupación menor
Tamaño y apariencia
El Puma mide entre 85 a 150 cm de largo (cabeza y cuerpo) más 45 a 85 cm de cola. Su peso va desde los 34 a 105 kg (excepcionalmente hasta 120 kg), siendo el macho más robusto que la hembra.
Es un felino de gran tamaño, casi como el Yaguareté (Panthera onca), incluso superándolo en algunas medidas externas, aunque no alcanza su corpulencia.
Presenta una forma esbelta, cabeza ancha, con orejas redondeadas y cola larga, del mismo grosor en toda su longitud. En el adulto el pelaje es suave, corto y de color uniforme, mientras que en las crías presenta un moteado muy oscuro durante los 3 o 4 primeros meses de vida que va perdiéndose con la madurez. El color varía desde leonado rojizo hasta grisáceo o pardo oscuro, siendo más intenso en la frente y en la línea media del dorso. El vientre, el mentón, el extremo anterior del hocico y en interior de las orejas son muy pálidos, casi blancos, mientras que los costados del hocico y la punta de la cola son negros.
Tanto el tamaño como la coloración varían geográficamente; En Argentina los ejemplares de la Patagonia son más grandes, de pelaje más denso y de color grisáceo o leonado y hacia el norte son de menor tamaño y de coloración rojiza. Por lo general a medida que se alejan del Ecuador son de mayor tamaño.
Los ejemplares negros o casi negros se dan con muy baja frecuencia y también hay casos de albinismo, aunque son sumamente raros.
El Puma tiene grandes patas; proporcionalmente las mayores patas traseras en la familia de los felinos, ésta característica le permite un gran salto y una gran capacidad de carrera corta.
Comportamiento
Por lo general el Puma es solitario y de hábitos preferentemente crepusculares y nocturnos, con picos de actividad al anochecer y al amanecer; pasa la mayor parte del día descansando en oquedades rocosas, encaramado en las ramas de los árboles, o escondido entre pastos altos. De movimientos rápidos y silenciosos, es un corredor veloz, muy poderoso en el salto y un hábil nadador; trepa a los árboles con agilidad, pudiendo subir o bajar de ellos con un solo salto de más de 10 metros.
No puede rugir y al igual que los gatos domésticos vocalizan silbidos agudos, gruñidos y ronroneos.
Su territorio varía entre 56 y 375 km2, de acuerdo a la disponibilidad de presas. El territorio del macho es mayor y generalmente se superpone con el área de acción de varias hembras. Dicho territorio es marcado por pequeñas pilas de hojas y cortezas que arranca y apila cuando se afila las garras, a los que suele rociar con orina y excrementos.
Consume una amplia variedad de presas siendo considerado un generalista; Insectos, pequeños y medianos reptiles, aves, mamíferos, etc. forman parte de su dieta. En Argentina incluye mulitas, lagartijas, liebres, monos, pecaríes, corzuelas, ñandúes, guanacos, vicuñas, huemules y animales domésticos, esto último acarrea serios conflictos con el hombre, aunque generalmente los ejemplares que mata son los más débiles, enfermos o no viables por un mal manejo. En áreas selváticas preda sobre especies más pequeñas, dejando las más grandes para el Yaguareté evitando así la competencia interespecífica. Puede recorrer largas distancias en búsqueda de alimento y captura sus presas mediante el acecho o tras cortas persecuciones.
La reproducción del Puma se da durante cualquier época del año. El celo de la hembra dura unos 9 días y es el único momento en que ambos sexos están juntos. Luego de un período de gestación de unos 82 a 96 días, la hembra da a luz en el interior de un tronco hueco o alguna grieta rocosa una camada de 1 a 6 crías (3 en promedio). Nacen con el pelaje moteado y los ojos celestes; a los 3 o 4 meses las manchas desaparecen y a los 9 meses los ojos adquieren el color dorado definitivo. Los jóvenes permanecen junto a su madre hasta los 2 años y alcanzan la madurez sexual a los 2 o 3 años de edad.
La esperanza de vida de un Puma en la naturaleza se estima entre 8 y 13 años y en cautiverio llega a vivir hasta 20 años.
El Puma es el felino más adaptable, generalista y de distribución más amplia de América.
Habitat y distribución
El Puma se encuentra prácticamente en todo tipo de ambientes, incluyendo bosques, selvas, montes, sabanas, áreas montañosas y serranas, praderas y desiertos. Desde el nivel del mar hasta los 5000 metros de altura en los Andes. Estudios muestran que sus hábitats preferidos son los cañones, escarpes, terrenos rocosos y la selva densa, pero igualmente puede vivir en zonas abiertas con poca vegetación. También se suele adaptar a ambientes degradados y situaciones de mucha presión del hombre.
El área de distribución geográfica del Puma es la más grande de cualquier mamífero terrestre del hemisferio occidental, desde Canadá hasta el extremo sur de Argentina y Chile. (en Uruguay se lo considera extinto)
En la Argentina se lo encuentra prácticamente en todo tipo de hábitat, desde la estepa patagónica, pasando por los bosques subandinos, hasta las selvas del Noroeste y Noreste. Estaría presente en todo el territorio continental, exceptuando Tierra del Fuego, y recuperando territorio en la provincia de Entre Ríos y gran parte de la provincia de Bs. As.
Situación
Por contar con una gran distribución geográfica, las poblaciones de Puma se consideran estables.
Si bien se ha extinguido o estaría disminuyendo en varias regiones de su amplia distribución hay datos que muestran que estaría recolonizando algunas zonas.
La especie está protegida en gran parte de su distribución, aunque en algunos países se permite la caza reglamentada. La caza es un grave problema que enfrenta, se lo caza por represalia por depredación de ganado, como trofeo en caza deportiva y también debido al temor de que representa una amenaza para la vida humana. La caza de sus potenciales presas silvestres y las carreteras con mucho tráfico, fundamentalmente en América del Norte, afectan considerablemente sus movimientos y dispersión.
En varias provincias de Argentina el Puma fue catalogada como extinta debido a la presión del hombre, como consecuencia de la caza y aumento de uso de las tierras para fines agrícola-ganaderos. Las poblaciones del noreste serían continuas con las de países vecinos, aunque se recomienda que sean monitoreadas debido a que algunas de ellas pueden estar en riesgo por la persecución directa y/o la modificación del hábitat, y a que sus densidades suelen ser muy bajas.
En Argentina el Puma está protegido en el Parque Nacional Iguazú, Reserva Natural San Antonio, Parque Nacional Lihue Calel, Parque Nacional Talampaya, Parque Nacional Sierra de las Quijadas, Parque Nacional San Guillermo, Parque Nacional El Leoncito, Parque Nacional Quebrada del Condorito, Reserva Natural Formosa, Parque Nacional Río Pilcomayo, Parque Nacional Perito Moreno, Parque Nacional Nahuel Huapi, Parque Nacional Los Glaciares, Parque Nacional Los Alerces, Parque Nacional Lanin, Parque Nacional Lago Puelo, Parque Nacional El Rey, Parque Nacional Baritú, Monumento Natural Bosques Petrificados, Parque Nacional Chaco y Parque Nacional Calilegua.
Principales amenazas
- Destrucción y fragmentación de hábitat, sobre todo por el avance de la frontera agrícola-ganadera.
- Caza como represalia por ataques a ganado y por considerarse una amenaza para la vida humana.
- Caza deportiva legal e ilegal del puma y sus potenciales presas silvestres.
- Atropellamientos en rutas y caminos.